Leo en El Diario Vasco que el Ayuntamiento de Lasarte-Oria ha invitado a las asociaciones del municipio a participar en la gestión del bar y la venta de entradas del Parque Infantil de Navidad que tradicionalmente se celebra en estas fechas. Y esta noticia me ha dado materia para pensar un poco.
Nosotros normalmente aconsejamos que las asociaciones traten de diversificar sus fuentes de financiación. Dentro de eso, que comprendan que no es deseable financiarse totalmente con cargo a subvenciones públicas. Éstas normalmente condicionan el desarrollo de los proyectos, por cuestiones de mecánica de la propia subvención (plazos y métodos, fundamentalmente, pero también elegibilidad de los gastos) y porque son convocadas desde entidades públicas que tienen sus propios objetivos, que se trasladan en alguna medida a los requisitos que se exigen en las subvenciones y que pueden introducir elementos extraños en la planificación de la actividad de la entidad.
Más concretamente, para lo que me interesa aquí, una asociación necesita normalmente que una parte de sus recursos no vengan condicionados por alguien externo a la entidad, para así tener un margen de maniobra para responder a situaciones que no han podido ser planificadas. Esos recursos que la entidad puede destinar libremente a sus fines sin sujetarse a criterios externos son, primeramente, sus recursos propios (sus ahorros, las cuotas de sus socios) y tal vez donativos recibidos. También pueden serlo los recursos generados por actividades económicas realizadas por la entidad (prestaciones en las que la entidad cobra por el servicio prestado).
Por tanto, que un municipio piense en la forma de favorecer que alguna de sus asociaciones pueda obtener unos ingresos adicionales y diversificar sus fuentes de ingresos no puede más que valorarse de forma positiva (sin entrar en la forma en que van a adjudicarlo).
Siendo bueno en abstracto, sin embargo nosotros no aconsejamos sin más que las asociaciones pequeñas inicien actividades económicas. Las consecuencias sobre las obligaciones de la entidad, los cambios en su manera de funcionar y los posibles cambios sobre su clima interno (si empieza en ese momento a tener trabajadores) son suficientemente drásticos como para pensárselo. Requiere análisis, esto no es para todos.
No se puede empujar –y el municipio de Lasarte-Oria aparentemente no lo está haciendo, por supuesto– a pequeñas entidades a la realización de actividades económicas y la contratación de personal sin tener en cuenta las consecuencias jurídicas y fiscales que eso supone.
Aunque tenía que expresar esto por poner algo de contrapunto, lo que de verdad me sugiere esa noticia es una felicitación a ese municipio. Y me hace pensar en la variedad de posibilidades que de hecho tienen las administraciones públicas para promover el asociacionismo y favorecer el fortalecimiento de las asociaciones. Allí, le han puesto un poco de creatividad y algo de voluntad.
¿Otro ejemplo? Hace ya unos cuantos años pude ver personalmente cómo en el municipio de Ourense una asociación realizaba el cuidado y mantenimiento de unas instalaciones públicas –las termas de Outariz, en un lugar en el que brota de la tierra agua caliente y en el que el ayuntamiento ha creado unas piscinas termales naturales gratuitas para todo el que quiera hacer un pequeño desplazamiento desde el centro urbano–.
En concreto, gracias a ese proyecto se crearon unos puestos de trabajo para personas con discapacidad intelectual y física. Así que el servicio público se llevaba a cabo con criterios que favorecen el interés general y a la vez se prestaba apoyo a una asociación que trabaja en el ámbito de la discapacidad y que imagino que afronta la dificultad que encuentran todas para lograr un encaje laboral a personas que son plenamente capaces de desempeñar un trabajo si éste está adaptado.
En resumen, cualquier ayuntamiento tiene activos y actividades con las que puede fortalecer el asociacionismo local. Cuestión de voluntad y algo de imaginación. Aunque sospecho que ésta última la tendrán que poner más bien las propias asociaciones.
Director de la Fundación Gestión y Participación Social. Experto en gestión de Entidades No Lucrativas.